Dengue en Puebla desafía a la salud pública y a la comunidad


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Esta afección febril, que se transmite por la picadura del mosquito Aedes aegypti infectado, como menciona la Organización Mundial de la Salud (OMS), ha tenido diversas variaciones en el número de contagios en la entidad poblana, puesto que según los datos de la Dirección General de Epidemiología (DGE) el 2018 fue el año con menos enfermos (14). No obstante, en años recientes han ido a la alza, hasta llegar al número actual.

Puebla no es un caso aislado, sino que es parte de una tendencia que ocurre en México y otros países de América Latina, señala Ruth Espinoza Merino, encargada de despacho de la subdirección de Vigilancia Epidemiología de la Secretaría de Salud de Puebla, al hablar sobre el Día Internacional Contra el Dengue, que se conmemora este 25 de agosto.

La servidora pública expone que hay cuatro serotipos (variantes) de esta enfermedad. Comúnmente en el estado solo había el DEN-1 y DEN-2, de repente también se dio el DEN-3, pero este año llegó el DEN-4, por lo que hay un mayor ataque hacia la población.

Aunque no hay una gran diferencia respecto a los síntomas que se presentan en los diferentes tipos de dengue, como dolor de huesos, fiebre elevada, dolor muscular, articulaciones y de cabeza, así como náuseas, vómitos y sarpullido, por mencionar algunos, Espinoza Merino refiere que el cuerpo humano no está adaptado a lo nuevo, por lo que, cuando el mosco con el serotipo DEN-4 pica a alguien que ya había tenido esta enfermedad, puede tener más complicaciones y llegar a la muerte.

“Ahorita ya está circulando el 4. Este año fue cuando ya debutamos con el cuarto serotipo y sucede que ordinariamente el organismo también de cierta manera ya está adaptado a estos serotipos. Nos llega uno nuevo y esto también condiciona una respuesta más rápida para presentar afectaciones”, subraya.

Esto se debe a que Puebla colinda con estados donde esta situación es común, además de la migración de la gente para ir en busca de un empleo a otros lugares, donde circula el mosco, por lo que al adquirir la enfermedad el registro se hace en su lugar de origen.

La Secretaría de Salud revela que actualmente son 61 demarcaciones del estado las que albergan alguno de los cuatro serotipos del mosco del dengue, pero asienta que hay una mayor proliferación en la jurisdicción sanitaria número 7, integrada por los municipios de Chietla, Epatlán, Izúcar de Matamoros, Tilapa, Tlapanalá, Chiautla de Tapia, Huehuetlán El Chico, Ixcamilpa y Jolalpan, todos pertenecientes a la región mixteca.

Esto no significa que los casos no se presenten en otras demarcaciones de la entidad poblana, pues se pueden importar. Incluso al visitar alguna de las zonas endémicas la gente podría infectarse.

Limpieza y concientización para prevenir contagios

Espinoza Merino opina que la dificultad para erradicar los huevecillos de los moscos radica en que hasta en la más mínima gota de agua se pueden albergar y desarrollarse hasta salir. Por ello es que se han llevado a cabo reuniones para efectuar campañas de información sobre el dengue, así como de limpieza de patios y descacharrización.

Los cambios climáticos, como las altas temperaturas y las lluvias torrenciales o esporádicas, son otros factores que influyen en el aumento de casos, apunta Alfredo Buenrostro Badillo, docente de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP), lo que se suma a que la gente se confió y dejó de lado las medidas de prevención debido a que en años pasados el número de enfermos había sido menor.

“Hemos tenido lluvias más importantes, va mucho de la mano con las medidas que se han dejado de hacer relacionadas con la contención del mosco. Recuerdo que antes en medios de comunicación se empezaban a hacer recomendaciones sobre el dengue, pero ya no se ha hecho mucha campaña de prevención”, subraya.

Remarca que el desinterés por el cuidado es que ha llevado a que mucha gente piense que como ya le dio dengue, ya no se va a volver a infectar, pero al haber más de un serotipo no hay inmunidad en el cuerpo, por lo que contrario a ser benéfico es de grave afectación a su salud.

El estilo de vida se incluye en lo que desencadena la proliferación del mosco, debido a que cuando las familias tienen ganado dejan los contenedores de agua para que beban, pero ahí se incuban las larvas y al salir lo primero que hacen es picar a los habitantes del hogar. No solo eso, sino que estas también pueden desarrollarse en los panteones, parques, barrancas, lagos y demás espacios en donde hay agua estancada.

Zonas endémicas con cientos de moscos

El incremento de enfermos por dengue no solo se refleja en cifras estatales o federales, sino en los testimonios de quienes viven en carne propia la enfermedad, como los habitantes del municipio de Epatlán, donde hay un alto número de contagios.

Al caminar por las calles de este lugar se observan cientos de mosquitos, pues a donde sea que se enfoque la mirada es posible percatarse de ellos, mientras que quedarse en reposo se vuelve una batalla campal para evitar los piquetes. Los pobladores son sabedores de esto, por eso es que en las ventanas y puertas de las casas o comercios hay mosquiteros.

Abrir puertas y ventanas de sus hogares es la mejor opción que implementan para lidiar con las temperaturas que llegan a más de los 30 grados, por lo que se vuelve una herramienta obligada contar con los mosquiteros, que evitan que los zancudos ingresen y puedan infectarlos. Algunos colonos portan siempre un repelente o visten con ropa de manga larga, aunque se vuelve sofocante poder realizar las actividades diarias con dicha vestimenta. Cada uno busca la mejor opción para cuidarse o pasa por alto esta enfermedad.

Patricia Castillo, habitante del lugar, relata que en tan solo 20 días su cuñada y su nieta tuvieron dengue, ambas en diferente momento, pero fueron llevadas al hospital para que recibieran atención médica. Ninguna requirió hospitalización, sino solo cuidados, medicamentos y una buena alimentación.

Su familia no se había infectado desde hace más de ocho años, sin embargo, este 2023 volvieron a ser testigos de esta enfermedad, además de que escucha con frecuencia que en su comunidad y localidades cercanas los casos han incrementado de manera exponencial.

Al hijo de Juan Monterrosas, otro poblador, se le detectó dengue hace un mes. Después de eso lo llevaron a un médico particular y evolucionó positivamente, pues en menos de una semana ya se había recuperado, pero en años pasados sus otros hijos también se infectaron, por lo que ya no le tienen miedo a esta enfermedad, pues “conviven con ella cada año”.

“Aquí no se puede cuidar bien, a donde quiera que vamos hay zancuditos, son los transmisores de eso, por eso hay muchos infectados. Apenas a uno de mis hijos le dio dengue. Por donde sea uno escucha que hay casos y este año son más", declara.

Quienes viven cerca de la laguna de Epatlán son los que más se cuidan, como María Eugenia Lezama, que habita en una vivienda ubicada a menos de 100 metros de este lago. Ella argumenta que todos los días, a partir de las 6 o 7 de la noche, salen los moscos que se guardan en el tule que se encuentra alrededor.

La señora Eugenia ha colocado mosquiteros en las puertas y ventanas, además de que a la semana gasta alrededor de 400 pesos para la compra de repelente, insecticidas y algunas veces sustancias para fumigar. Este año su hijo se enfermó y por eso mismo no baja la guardia para prevenir contagios, pues otros de sus conocidos han tenido casos que han terminado en la muerte.

“He sabido que ha habido muchos casos de dengue. Aumentó. Aquí que está la laguna se puede ver el foco de contaminación, a mi hijo apenas le dio dengue. Por nuestra cuenta tenemos que cuidarnos y comprar repelente, porque no queremos que todos nos enfermemos”, afirma.

Faltan fumigaciones

Las fumigaciones se dejaron de hacer de manera general, es decir que solo se realizan en las viviendas cuando la jurisdicción sanitaria sabe de un caso, por lo que los trabajadores encargados de hacer esta labor acuden para hacer la desinfección y con ello evitar que el mosco continúe atacando a los demás habitantes del domicilio.

Anteriormente, esto se hacía en las calles, parques, panteones, plazas, iglesias y demás lugares públicos que están a la intemperie, acusa Diana Sánchez, quien abrió las puertas de su casa para que los trabajadores de la salud pudieran desinfectar su hogar luego de que su hija tuvo dengue.

Ella critica que ahora solo llegan a las viviendas, pero antes la fumigación se hacía en todas partes, por lo que considera que es eso lo que desencadenó más casos de esta enfermedad. Pide que se retomen estas medidas para prevenir que los contagios sigan aumentando.

Buenrostro Badillo, quien no solo es docente de la UPAEP, sino trabajador del sector salud en Puebla, coincide con esta exigencia, ya que se pronunció a favor de que se refuercen estos protocolos de mitigación del dengue. Reconoció que se han dejado de hacer como antes.

“Muchas veces se puede erradicar el mosco de las jurisdicciones sanitarias, tienen dentro de sus programas estrategias para erradicar el mosco con insecticidas, se ha dejado de hacer”, manifiesta.

Esto tiene un motivo, expresa Ruth Espinoza, la encargada de despacho de la subdirección de Vigilancia Epidemiología de la Secretaría de Salud de Puebla, pues declara que los compuestos para fumigar tienen la principal función de matar al mosco, sin embargo, esto no es del todo benéfico, pues la demás fauna no puede protegerse y muere.

Mariposas y grillos, entre otras especies, son las que se ven afectadas por estas acciones, pues el insecticida no discrimina a aquellos insectos que no afectan a los humanos, por lo que perecen. Es por esto que lo que se intenta es que “los rociados”, como también se les llama, sean el último paso cuando haya casos de esta enfermedad febril.

“El rociado, como la actividad directa intradomiciliaria o del lugar donde se presenta el caso, la demás fauna no sabe, no se puede proteger, se lleva las mariposas, se lleva toda esa fauna que es benéfica para nosotros. Entonces precisamente el punto es no llegar hasta ello, tenemos que hacerlo, sí, porque tenemos que contener los casos, pero lo más importante es la prevención a través de la campaña denominada ‘Lava, tapa, tira y voltea’”, insiste.

Recalca que lo primero que se tiene que hacer es promocionar la parte preventiva, ya que pese a que es algo que la población a veces ya conoce, se dejan de hacer o les resta importancia aun cuando su comunidad es zona endémica.

En septiembre vendrá el pico de casos

A decir de los especialistas entrevistados por El Sol de Puebla, será a mediados o finales de septiembre cuando se observe la cresta de los casos de dengue en el estado. Será hasta después de esas fechas cuando las lluvias cesen y por ende el mosco se deje de reproducir, lo que hará que la enfermedad descienda a partir de octubre.

Mientras eso ocurre, el regreso a clases dejará varios positivos confirmados, debido a que en vacaciones las instituciones se quedaron cerradas y la hierba creció, además de que se acumuló el agua en todo aquel depósito o cavidad donde pudiera acumularse la misma.

Alicia Vargas Melo, presidenta municipal de Epatlán, informa que cada año se realizan jornadas de limpieza en las escuelas, pues los padres de familia acuden para retirar hierba, limpiar salones, hacer la descacharrización y tirar agua acumulada para prevenir que los alumnos se infecten, pero a veces hace falta más apoyo de la misma ciudadanía.

“Geográficamente nos encontramos rodeados de una laguna y un río, los que son focos de infección. Cada año hemos visto que tenemos muchos casos y se incrementan cada vez más. Hemos colocado lonas para informar, hecho acciones para limpiar y otras cosas, pero falta concientización de los vecinos”, advierte.

Si bien las autoridades locales buscan prevenir los contagios, no siempre es posible porque la gente no limpia sus patios, no tira los cacharros o hace caso omiso, como ocurrió en la parroquia principal, explica Alicia, donde solicitó al sacerdote que tuviera cuidado con esta situación, sin embargo, apenas hace una semana descubrieron que en la pila bautismal había decenas de larvas.

Desconoce desde hace cuánto se había presentado esta problemática, pero indica que es algo común que ocurre en las casas y negocios, por ello es que hay cada vez más casos de dengue.

La automedicación influye en la salud de los enfermos

El problema de salud no acaba ahí, sino que cuando una persona se contagia muchas veces decide automedicarse, pero esto puede tener graves consecuencias que llevarían a la muerte, advierte Alfredo Buenrostro Badillo. Agrega que por ahorrarse dinero o simplemente no querer ir al centro de salud más cercano, los pacientes deciden tomar fármacos que en lugar de aliviar solo agravan su estado de salud.

Asevera que aun cuando no hay un tratamiento específico para esta enfermedad, es importante que un médico revise al enfermo, puesto que en ocasiones la gente toma medicamentos para el dolor o la fiebre que podrían afectar el hígado o detonar la coagulación de la sangre.

Quienes están en los extremos de la vida son los que se pueden complicar más por el dengue, ya que los niños y adultos mayores tienden a deshidratarse con mayor facilidad, además de que no queda exenta la posibilidad de que las mujeres embarazadas se vean afectadas, pues al picarles el mosquito se les adelanta el parto.

“Cuando se presentan los primeros síntomas se debe acudir al doctor, no automedicarse y esperar que el virus se vaya eliminando. Después de que se les quita la fiebre es cuando más se puede complicar, entonces debe haber un seguimiento más largo y no confiarse”, sostiene.

Finalmente, el experto recomienda que en municipios de Puebla donde hay casos de dengue se haga uso constante de repelentes, se fomente la limpieza en las escuelas, se incentive a la población para hacer conciencia sobre el dengue y se refuercen las medidas de mitigación.

Fuente: El Sol de Puebla

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